Una vejez activa mejora la salud y la autoestima [31-10-15]

Una vejez activa mejora la salud y la autoestima

 Doña Míriam Miranda, ama de casa de 64 años, nunca fue aficionada a hacer ejercicios.

Como ella misma lo admite, “ser perezosa” le pasó la factura, pues padece fibromialgia (inflamación en los músculos) y problemas de presión alta.

La actividad física nunca fue importante en su vida hasta que hace cuatro años conoció, junto a su esposo, Godofredo Vargas, a un grupo organizado de adultos mayores en la Universidad Nacional de Sarapiquí, Heredia.

Poner fin el sedentarismo le ayudó a dejar atrás los dolores de provocados por la fibromialgia. Allí realizan ejercicios dirigidos por un grupo de profesionales en Educación Física, los que, además, les controlan el peso, la presión arterial y la dieta.

“Tenemos más amistades; nos divertimos mucho, hablamos tonteras y vamos a paseos. Eso es muy bonito”, comentó Míriam, quien dedica varias horas al día a mantener el jardín de su casa, ubicada en Finca 1 de Río Frío.

 Don Godofredo tiene una historia diferente a la de ella; ha hecho deporte toda su vida. Incluso, es difícil creer que tiene 70 años.

“Siempre me ha gustado hacer ejercicio, caminar y todo eso. Al inicio, fuimos, nos dieron una charla y seguimos yendo; me ha gustado porque hacemos amigos”, relató don Godofredo.

La pareja asiste tres veces por semana a las reuniones, junto a otros 50 adultos mayores.

Cada sesión se inicia monitoreando la presión arterial de cada uno de los asistentes; luego se pasa a una hora de diferentes tipos de ejercicios, incluidas clases de natación una vez por semana.

“Desde que vamos a esas actividades en la Universidad me siento mejor. Siento que tengo más aire al caminar, hacer trabajos acá en la propiedad y en general me ha ayudado”, concluyó Vargas.